Debido a las suaves temperaturas que tenemos en los últimos inviernos, se puede explicar el incremento de plagas y especies que hace años, no eran habituales. Ahora es más habitual la presencia de la cucaracha americana, en otras zonas del interior de la Península y en estaciones próximas al invierno.
En los sistemas agrícolas, se han comprobado aumentos y descensos en la incidencia de plagas que se asocian a los cambios del clima: sequías prolongadas, huracanes, lluvias fuertes, etc., fuera de época.
Consecuencias del cambio climático
Como consecuencia de los eventos extremos y cambios de clima pueden ocurrir algunos problemas como aparición de nuevas plagas, incremento y reducción de plagas habituales, cambios en el período de manifestación de plagas habituales, reducción de reguladores naturales, reducción de la efectividad de métodos de control.
Se ha demostrado que los brotes de insectos, tanto en zonas templadas como tropicales, han seguido a períodos de sequía, fuerte actividad de manchas solares o combinaciones de sequía y humedad excesiva, entre otros. Hay muchos ejemplos de insectos que han llegado a otras zonas: En Europa, sobre todo en los países de la costa mediterránea han aumentado las poblaciones de la cucaracha americana, la chinche de cama y el mosquito asiático, así como varias especies de polillas de diferentes familias cuyas orugas pueden convertirse en plaga para los cultivos. Estos desplazamientos coinciden bastante con el aumento de las temperaturas medias hacia el norte.
Las temperaturas más cálidas durante el invierno, contribuyen a la proliferación y al aumento de determinadas especies, sobre todo, insectos. Además del cambio climático, también la globalización y el tránsito de pasajeros y mercancías en todo el mundo han hecho que vuelvan especies desaparecidas en España como la chinche de cama (Cimex Lectuariux).
La cucaracha americana (Periplaneta Americana) es un ejemplo de la adaptación al cambio climático. Procede de los trópicos, mide entre 26 y 38 milímetros, puede volar y es más resistente y grande que la de color negro a la que estamos acostumbrados en España.
El mosquito tigre, procedente de Asia, es otro ejemplo de cómo el transporte de mercancías favorece la llegada de plagas y el cambio climático su asentamiento. Este insecto podría suponer una plaga peligrosa, ya que podrían estar infectados con graves enfermedades como el Dengue, la encefalitis de Lacrosse o el virus del Nilo Occidental y podrían contagiar a los seres humanos con sus picaduras.
La expansión del picudo rojo de las palmeras, supone un peligro para el medio ambiente ya que causa graves daños en éstas. El mosquito tigre, el picudo rojo y el mosquito común son plagas que podrían aumentar en los próximos años en todo el mundo.
La principal plaga de los pinares mediterráneos causada por la mariposa procesionaria del pino (Thaumetopea pytiocampa) se ha extendido hacia el norte de España, muy posiblemente debido al cambio climático.
El incremento de las temperaturas está provocando además, un adelanto en la aparición de insectos plaga. Por ejemplo, las migraciones adelantadas de pulgones provocan que los cultivos se vean afectados en etapas más tempranas del desarrollo de la planta, y por tanto, en un momento más vulnerable al ataque de pulgón, con el consiguiente perjuicio que ello conlleva.
Situación en los próximos años
En los próximos años asistiremos a un incremento de la población de plagas, según Milagros Fernández, directora general de ANECPLA. El crecimiento de las ciudades, el calentamiento global y la expansión del turismo contribuirán en buena parte a ello.
Para lograr un mayor control de la plagas, es necesario implantar en la sociedad una conciencia de educación ambiental, higiénica y sanitaria por la importancia que tiene la higiene en el control de plagas. Según Milagros Fernández (ANECPLA), esta actividad debe de estar cada vez más encaminada hacia la prevención y no tanto hacia los tratamientos de choque. No obstante, para ello es necesario que la sociedad perciba el valor añadido que aporta este sector como garante de la salud pública.
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